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A mediados de Septiembre de 2023, un imbécil (Tim Gurner) que además resulta que es casi milmillonario, se hizo viral por decir en voz alta lo que la clase trabajadora sabe que los ricos piensan de ella: que son «vagos», «arrogantes» y «les pagan mucho para que realmente no hagan gran cosa» (irónicamente parece ser la descripción perfecta del multimillonario promedio…).
“Necesitamos ver un auge en el desempleo. El paro tiene que subir entre un 40% y un 50% en mi opinión”. «Necesitamos ver dolor en la economía. Necesitamos recordarle a la gente que trabajan para el empresario, no al contrario. (…) Ha habido un cambio sistémico en el que los trabajadores creen que el empresario debería sentirse muy afortunado de tenerles, en vez de a la inversa. Es una dinámica que tiene que cambiar. Hay que acabar con esa actitud, algo que llegará a través de dañar la economía [de los trabajadores]».
Por supuesto el tipo luego recogió cable con lo de «recordarle a los trabajadores el miedo» aunque quizás habría que recordarle a él que nos vamos acercando a Navidad y lo mismo da colgar de un árbol un montón de luces que a un impresentable, pero no quiero centrarme en la figura de un capullo con casi tanto tiempo libre y ganas de atención como dinero, sino en ese «recordar el miedo».

El imbécil en cuestión
Con precios cada vez más altos, viviendo de crisis en crisis porque el sistema está completamente roto y sin ningún futuro claro como sí podían tener las anteriores generaciones, no creo que la clase trabajadora haya perdido el miedo a perder su empleo, simplemente, ante la evidencia de que el sistema está completamente quebrado, la clase trabajadora está decidiendo poco a poco que mejor perder el empleo a la vida. Sin embargo, si hay un sector donde ese miedo parece completamente palpable, es dentro de la prensa de videojuegos.
Que las condiciones son pésimas es algo que conoce todo el mundo (hablamos del caso de España donde son especialmente sangrantes y es lo que nos toca de cerca, pero por supuesto estoy dispuesto a aceptar cualquier comentario que diga que en tal sitio están peor, no es una competición), y quien no es consciente de estas condiciones es que ha decidido meterse en una cueva y permanecer completamente ajeno al medio, porque no es ni siquiera necesario rascar para encontrar cuáles son esas condiciones y quien quiera siempre puede acudir al hashtag de #GamePressPaidMe y ver las maravillas de intentar escribir de manera profesional en la industria del videojuego.
Pero es difícil no tener la sensación de que si todo no ha explotado y saltado por los aires aún es porque los medios más grandes (que son quienes realmente se pueden permitir vivir de esto gracias al apoyo de empresas, publicidad, clics y demás) parecen estar ciertamente aterrados ante la idea de que si se plantease una huelga en el sector para tratar de mejorar las condiciones de todos 1) Habría ratas que saltarían del barco a la más mínima oportunidad o directamente ni se subirían a él porque virgencita virgencita que me quede como estoy, y 2) hay un verdadero pavor a que ponerse en huelga pudiese demostrar de algún modo a la industria y al público que la prensa de videojuegos no es necesaria porque, total, ya están ahí cientos de youtubers y streamers dispuestos a difundir el trabajo de las desarrolladoras, editoras y demás empresas relacionadas con el sector.

Por supuesto, no estoy para nada de acuerdo con esta lectura. La realidad es que incluso todos esos streamers y youtubers que informan de la actualidad día a día y tienen mucha más audiencia (y beneficios) que los medios especializados en videojuegos, pueden hacer esto gracias al trabajo previo de las distintas webs que recopilan y filtran una serie de noticias que el youtuber/streamer de turno se limita a leer y comentar. ¿De verdad alguien piensa que alguien que informa sobre videojuegos en su canal de Twitch o Youtube, en el caso de desaparecer la prensa, va a esforzarse en buscar él mismo las noticias (incluso aunque sean rumores o notas de prensa), recopilar todo el contenido, darle contexto y forma como se hacen en las distintas páginas y luego, tras todo este trabajo previo, pasar a opinar sobre ello después de leérselas a su chat? Porque yo, sinceramente, no lo creo.
Aún así parece que exista un miedo atroz a pedir mejores derechos, no ya incluso en cuanto a los salarios se refiere y en exigir a las empresas que ponen el dinero que paguen mejor si es que quieren que se hable de la industria que les da de comer y les reporta beneficios millonarios, sino a medidas tan simples y ridículas como que, ya que dependen de los clics que se generen el mismo día que se levantan los embargos, tener los títulos con tiempo suficiente como para poder analizarlos con calma (algo que, por supuesto, además repercutiría en una mejor crítica).
Estas condiciones, esta obligación de buscar que el usuario haga clic en las noticias a toda costa, lo único que está provocando es la supervivencia (y diría que por los pelos) de las webs generalistas de videojuegos a costa de la calidad de lo que se publica. Entras en la portada de según qué páginas de videojuegos y, menos videojuegos, encuentras de todo. Noticias relacionadas con la última película de Zack Snyder, alguna tontería que ha hecho algún streamer, no sé qué mierda que está de oferta, una serie nueva de Netflix, las cifras de audiencia de la Kings League…
He aquí el escenario: imagínate, empiezas tu pequeño blog personal o empiezas a colaborar en alguno con toda la ilusión del mundo, investigando, pensando y escribiendo acerca de videojuegos, currándote tus textos y el futuro que te espera si quieres dedicarte profesionalmente a la prensa de videojuegos, malviviendo de ello, es acabar picando 20 artículos al día sobre que actualices el iPhone, que hay una tarjeta gráfica que está de oferta y en dos días llega tal película a Disney+. El equivalente a fichar a una joven promesa para tu equipo y ponerlo en el bar del estadio a hacer perritos calientes…




El futuro es desalentador pero no sólo para aquellas personas que quieren dedicarse a la prensa de los videojuegos, sino para los pequeños medios en los que estos empiezan a escribir y que intentan sobrevivir al margen de la dictadura del click(bait), pues son contemplados por la gente que llega a la industria como simples lugares de paso que puedan proporcionar un ascenso, sin saber que el ascenso es, en muchas ocasiones, al matadero de la creatividad.
Como ellas mismas recordaban, Terebi Magazine fue hace un tiempo definida por Marta Trivi como una incubadora para la crítica cultural de videojuegos. Y evidentemente es maravilloso que existan lugares así en el que muchas «mujeres e identidades disidentes» (y recién llegados a la crítica) puedan sentirse seguros dando sus primeros pasos. Y pasar de eso a escribir en Loop, Anaitgames o Manual está súper guay, en un medio más grande donde tengas que picar noticias no tanto, pero más guay sería que pudieran seguir haciéndolo desde la propia Terebi y tener medios y proyección suficiente desde ahí. No tener que renunciar a la casa en la que empezaste porque hay que elegir un sitio que te pueda pagar.
La crítica merece que los espacios donde se cultiva esta con especial cuidado sean lugares en los que quedarse, y no únicamente lanzaderas de talento para escribir en otros sitios.
Espada y Pluma te necesita

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