Estamos inmersos todavía en la espiral del final de Juego de Tronos. La octava y última temporada no ha estado exenta de polémica; muchos fans la consideran poco menos que un engañabobos. A raíz de esto, se inició una petición en Change.org para que se hiciese un remake de la octava temporada con, literalmente, «guionistas competentes». La petición va camino del millón y medio de firmas a la hora de escribir este texto.

Poco después también saltaba la noticia de que Robert Pattinson interpretaría a Batman en la próxima película del superhéroe. La reacción: varias peticiones por parte de los fans más acérrimos de DC en contra de esta decisión de la productora y cientos de mensajes en redes sociales a las cuentas de los responsables y del propio Pattinson haciendo ver que están descontentos con esta decisión.

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El fenómeno de la apropiación de la obra por parte de los fans lleva ocurriendo mucho tiempo, especialmente en sagas y series de larga duración, con personajes que inevitablemente ya han pasado a formar parte de la cultura popular. Ha ocurrido con Star Wars, Harry Potter o Marvel: sagas elefantiásicas en términos de producción que se establecen como fenómenos de masas inmanejables. Cuando una serie dura ocho temporadas o cuando un superhéroe lleva ochenta años existiendo se genera un canon de pensamiento en torno a esas obras que se traduce en unas expectativas muy concretas, de manera que cualquier mínima desviación de esas expectativas genera un rechazo por parte de los fans, que interpretan estas sagas como un valor seguro y un hogar común donde establecerse con seguridad. La propiedad de las obras parece cambiar de lado: ya no es de los autores, sino que es de los fans. Los fans quieren marcan las grandes líneas maestras de la producción y la creación artística; de ahí, surgen monstruos y demonios.

Este debate es fácilmente explorable a través de los dos últimos episodios de Star Wars. Dentro de los estrechos márgenes creativos que permite una saga de este tipo, el episodio VII pareció gustar a todo el mundo y el VIII dividió al público. Creo que cada una de estas películas tiene una serie de características que pueden explicar, al menos de manera parcial, la recepción que tuvieron. El episodio VII es ciertamente más conservador en las decisiones que toma respecto a su guión: es prácticamente un remake de Una Nueva Esperanza , parece diseñada para colmar las expectativas de unos fans que llevan esperando dos décadas una nueva entrega de la saga; una película que pisa sobre suelo firme, que arriesga lo justo en cuestiones formales y de historia, que gusta a todos pero que no termina de encantar a nadie. El episodio VIII, por su parte, incluye una serie de decisiones polémicas, alguna transgresión en lo formal y, en general, jugó a la contra de las expectativas de muchos fans. Es por eso que estas dos visiones creativas, que parten a su vez de un director sólido pero conservador (JJ.Abrams) y otro más arriesgado y acostumbrado a producciones medianas (Rian Johnson) se trasladan a la percepción del público, que responde inevitablemente en función de unas expectativas.

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El público tiende a ser conservador en sus peticiones. No busca lo experimental, ni ir más allá de los esquemas conocidos; el público, en general, busca que se le dé lo mismo de siempre con un barniz nuevo, reafirmar sus posturas. No hablamos aquí en términos de calidad; hablamos del núcleo mismo de la creación. Independientemente de lo buena que sea una obra, debe ser de una forma muy determinada y unos colores muy concretos si no quiere generar rechazo en el consumidor medio. De no ser así, el fan se cruza de brazos, arquea una ceja y protesta encolerizado al mismo creador que le dio aquello que ama.

Sabemos del tipo de fan que hablamos. Ese que cuando vio el Silencio de Scorsese preguntó que dónde estaba el Scorsese de Taxi Driver, como si se pudiese rescatar algo que ya se marchó; es más, como si hiciese falta rescatarlo. Esa otra persona que siente como un ultraje el hecho de que simplemente una película no le haya gustado cuando sale de la sala de cine, como si fuese el marqués que contrataba a una troupe para que le entretuviese y que mandaba azotar si no lo hacía conforme a sus pensamientos. Aquel que piensa que las obras se generan a medida como si fuesen un traje. El fan que se sube a un pedestal de pretendida sabiduría a entonar el «yo lo haría mejor».

Hablamos, efectivamente, de casos extremos; pero no por extremos son poco abundantes. Generan una auténtica línea de pensamiento que muchas veces convierten la crítica (el análisis, la exploración, la opinión fundada -o no, pero respetuosa) en la opinión soberbia que nace del creerse mejor que todo y que todos.

Los guionistas de Juego de Tronos no saben lo que es un arco narrativo y los de las películas de Marvel no se han leído los cómics. El Batman de Nolan no me vale porque en los cómics hace nosequé que me gusta y en las películas no. La crítica es imbécil porque dice que la película que odio es buena. George R.R. Martin, escribe más rápido, que me estás insultando al no hacerlo. Este actor no me convence, que me lo cambien. Qué coño hace Metallica sacando algo que no me gusta. Es que le están metiendo historias a los juegos. Por qué cambian los Arctic Monkeys en su último disco.

Los fans acérrimos tienen cierta tendencia al infantilismo y, con ello, a llevar a la hipérbole sus pensamientos y al paroxismo sus opiniones en redes sociales; sin ser creadores, pretenden marcar la línea de una creación que consumen pero realmente no les pertenece.

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Tenemos que relajarnos y ver la cultura con cierta perspectiva. Eso no quiere decir dejar de ser críticos, es empezar a serlo. Dejarnos llevar por nuestras pulsiones primarias y la vehemencia en redes sociales poco tiene que ver con el sopeso crítico de una obra. Poco tiene que ver con el respeto y poco tiene que ver, en términos más directos, con disfrutar más o menos una obra. Encolerizarse porque no nos gusta algo es absurdo. A todos nos ha pasado, pero en algún momento tiene que abandonarse esa postura soberbia donde todo ataque a nuestro gusto es un ataque a nosotros mismos.


Espada y Pluma te necesita

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SOBRE EL AUTOR

9 pensamientos

  1. Muy bien, pero… ¿No cree ud que es un poco dificultoso -para varios Fans de DC-, tener que soportar tantas tontas ‘burlas sobre brillitos’, y demás cosas parecidas? *En su opinión: ¿¡Podría sugerirnos alguna estrategia?!

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    1. Yo creo que el problema es precisamente la actitud a tener que soportar o dejar de soportar. Quiero decir, y me traslado a mi persona, hay muchas obras que empezaron gustándome y acabaron yéndose al traste por muchas razones distintas; lo critico, no tengo reparos en dar mi opinión, pero no me enfado ni pretendo hacer de eso un asunto personal. A mí me gusta mucho Batman, por ejemplo, y no me gusta Batman v Superman, por muchas razones; lo digo, expongo mis razones, pero no me enfado. Simplemente, las obras suceden y a nosotros nos corresponde valorarlas, darles un marchamo crítico y aprender con ellas o del discurso subyacente, pero no «son» nuestras. Al menos, eso pienso yo.

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    2. Las mismas burlas que cuando escogieron a Ledger para hacer de Joker y los mismos que dicen ahora lo de los brillitos decían entonces «un vaquero gay no puede ser el Joker». ¿Una estrategia? Esperar a que se estrene la película, porque de hecho que tengamos un Batman en condiciones creo que va a depender más de Matt Reeves y el guión que le pongan delante a Pattinson que de la actuación de este (por buena que sea).

      Ahí mismo tenemos a Affleck que encajaba (pese a las críticas que también hubo al principio) como Batman y se lo cargaron a base de guión, de no entender el personaje y el material que se tenía entre manos, etc…

      Juzgar la elección de Pattinson como Batman por películas que hizo hace 10 años y cuya pretensión era la que era (adaptar una saga de libros para adolescentes…) es absurdo, sería igual de absurdo que haber relegado a Matthew McConaughey al ostracismo porque hace unos años era mayormente conocido por protagonizar comedias románticas. Imagínate la de papeles suyos que nos habríamos perdido (como su protagonista en True Detective…) si los directores se hubiesen quedado en que era un simple actor de comedia romántica y no hubiesen profundizado en que también estaba haciendo cosas como Killer Joe, Dallas Buyers Club, etc…

      Con Pattinson es lo mismo. De hecho el año pasado ya estuvo nominado a algunos premios y hasta ganó algunos otros.

      Y si las críticas en su elección van más en torno a su aspecto: En cuanto a musculatura es algo fácilmente solucionable a base de horas de gimnasio y el propio diseño del traje, además es más alto que Christian Bale. ¿Su cara? Porque he visto algunas críticas con que es que no tiene los rasgos físicos ni personalidad para ser Batman/Bruce Wayne, y yo me pregunto ¿Qué rasgos? Tengo delante ahora mismo el nº 1000 de Detective Cómics que lo componen varias historias independientes: En cada una de las historias Bruce Wayne tiene una cara distinta e incluso en algunos casos es distinta dentro de una misma historia (algo habitual en los cómics en realidad al punto de que si te ponen una ilustración con Bruce Wayne y Clark Kent juntos la forma de diferenciarlos es por detalles como la ropa o el pelo), el único rasgo más o menos constante (y no siempre) podría decirte que es la quijada ancha, y el pelo negro (que tampoco tenía Bale) y en cuanto a la mandíbula creo que Pattinson sí lo cumple.

      ¿La personalidad? Tampoco tengo del todo claro cuál sería ni podría ser rotundo ni sentar cátedra como están haciendo algunos comentarios en internet a la hora de definir cómo es Batman, hay líneas rojas que no pasar como por ejemplo lo de no matar, claro, pero hay otras cosas en las que no lo tengo tan claro ¿Cuál es la personalidad real de Batman/Bruce Wayne? ¿El playboy millonario que parece que se la suda todo como parte de su tapadera para que no se desvele que es Batman? ¿El millonario filántropo que hace lo posible por mejorar la vida de la gente de Gotham y se aleja de esa visión más frívola? ¿El Batman que aleja a todos de su lado y quiere actuar solo o el Batman que coge a un joven Dick Grayson y se lo lleva a su cueva como si estuviese enajenado para probar si el chico aguanta? ¿El adulto que sigue torturándose porque hizo una promesa de niño frente a los cuerpos de sus padres y no se permite ser feliz o el que está preparado para contraer matrimonio? ¿El que pone en riesgo toda Gotham en White Knight? ¿El que el Joker consigue sacar de quicio en TDKR? ¿El que Gordon tiene que evitar que mate al Joker a golpes cuando hiere a Catwoman? ¿El que se mantiene frío como el hielo sin cruzar la línea aún después del asesinato de Jason Todd? ¿El que no llegó a asesinar a Enigma en la guerra entre este y el Joker porque el payaso lo detuvo?

      Así que con Pattinson sólo queda ver qué guión le dan, qué papel quieren que haga y si todo eso está bien entonces juzgar la actuación de este como Batman, mientras tanto es absurdo decir que será un buen Batman o un mal Batman, lo único que se puede decir es que ha demostrado solvencia como actor durante su carrera.

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  2. Totalmente de acuerdo, pero si una carretera está mal hecha y tiene baches que todos notamos, y esos baches se alargan durante horas, nos quejamos. Estamos acostumbrados a ver buenos y malos montajes, pero incluso los malos tienen coherencia. Los muy malos como promotheus, dragon ball evolution, y el final de game of thrones los ve todo el mundo, y tanto que no se pueden esconder.
    En este final no se trata de quien vive o muere, ni de quien gana o pierde, se trata de que está mal contado y lleno de incoherencias

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    1. Claro, no estoy en contra de criticarlo. Me dedico a eso, de hecho, a criticar obras. Pero creo que una cosa es la crítica y otra lo que hacen muchos que es pedir que cambien finales por preferenciaa personales, insultos a creadores o, en general, tomarse como algo personal lo que no lo es.

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    2. Pero es que el final de juego de tronos no es malo. El guión hasts ahí podría haberse escrito mejor seguro, pero el final es correcto y coherente con la saga. Hay pistas durante toda la serie. No solo por lo de Daenerys (que parece que aún nadie lo ha superado, yo dije hace temporadas que la muchacha buena no era) si no lo de Bran también hay varias pistas.

      La escritura del guión tiene fallas por la necesidad de ir a un final concreto en X horas. Pero tampoco he leído ningún final alternativo mejor que sea menos cliché que lo típico o que suponga alargar la serie 3 temporadas… Cosa que es un sinsentido a nivel de producción, habría sido soporífero.

      De hecho me parece muy inteligente hacer un spin off sobre el Rey de la Noche. En el fondo, podrían haber metido una temporada apretada llena de flashbacks, introduciendo nuevos personajes tramas… Alargar la llegada del final sí, pero con costes cada vez más altos (salarios actores, rodajes muy fragmentados etc) y encima con todavía más hilos por atar.

      Pero claro la gente que no tiene ni idea de guión ni producción opina y exacto, ordena y manda. Muchas veces cuando se pasó la serie solo pendiente de las tetas, las muertes a cual más macabrs y aplaudiendo cada vez que el dragón sacaba fuego (sin pensar si a quién quemaba vivo realmente lo merecía).

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