Copia de ‘Batman: Un héroe de videojuego’ cedida por Héroes de Papel.
“Conocíamos su historia en el cómic, el cine o la televisión, pero nunca antes se había repasado la trayectoria del Caballero Oscuro en el mundo del videojuego, un medio con enorme potencial creativo y que se ha erigido como uno de los mayores fenómenos culturales del siglo XXI.
Batman: Un héroe de videojuego supone un recorrido por más de tres décadas de incursiones del personaje en el terreno del ocio electrónico: desde su primer título, creado en 1986 por Jon Ritman, hasta el culmen alcanzado por la saga Arkham, desarrollada por Rocksteady, sin olvidar otras apariciones en todo tipo de aventuras.
La obra ahonda también en la historia del personaje, desde sus orígenes, profundizando en el perfil psicológico de Batman y del resto de habitantes del universo que habita este carismático superhéroe. La psicología y la política, temáticas con una fuerte presencia siempre en las andanzas de Batman, también tienen cabida en esta obra. Un libro imprescindible para todos los amantes del Caballero Oscuro, con declaraciones exclusivas de Jon Ritman y prologado por Claudio Serrano, la voz de Batman.”
Así reza la sinopsis presente en la contraportada de “Batman: Un héroe de videojuego”. Un resumen bastante conciso y eficiente para convencer de leerlo a quien tenga interés en la obra. El fiel seguidor de Batman y aficionado a los videojuegos puede encontrar en esa descripción motivos de sobra para entrar en esta obra que explora la trayectoria del hombre murciélago dentro del ocio electrónico, e incluso puede encontrar esos motivos si sólo es una de las dos cosas: Seguidor de Batman o aficionado a los videojuegos. Ya sea por su valor enciclopédico en cuanto a compendio de conocimiento y herramienta de repaso de todos los títulos del vigilante de Gotham hasta la fecha, o por toda la introducción previa que hace recorriendo los orígenes de la creación del superhéroe, su filosofía y psicología o incluso un prólogo de Claudio Serrano más importante para el seguidor de Batman de lo que puede parecer.

El aficionado a Batman que profundice en sus páginas coincidirá posteriormente en esa apreciación de que la sinopsis es suficiente para conocer bien qué esperar del libro, pero quizás aquellos que no conocen tanto al personaje pueden no entender de primeras esta afirmación en tanto que encuentren más valiosa el conocer una crítica algo más extensa antes de decidirse a comprarlo.
Parece una obviedad decir esto pero Claudio Serrano entiende a la perfección a Batman, y que Jose Luis Ortega López —autor de la obra— haya contado con él en el prólogo es fruto del entendimiento profundo del héroe que tiene también el autor en lugar de ser un simple reclamo publicitario —“con prólogo de la voz de Batman”—.
El prólogo de Serrano evidencia que su larga trayectoria dando vida a Batman le ha hecho comprender a este más que la mayoría de directores que han llevado al cruzado de la capa a la pantalla grande. Recordemos que tanto Burton, como Nolan, como Snyder, han jugado con una moralidad del personaje que nunca fue la representada en los cómics, con unas líneas rojas muy claras que en los cines se traspasaron con más o menos facilidad. Y mientras que en el papel veíamos un Batman capaz de arrojarse desde la azotea de un edificio para salvar la vida de un delincuente que tropezaba y caía al vacío aún cuando eso comprometiese la integridad física del justiciero y significase que otros villanos pudieran escapar, en el celuloide contemplábamos desde pasitos más tibios que saltaban esta línea —pero igualmente reprobables desde la perspectiva moral de Batman— como Christopher Nolan dejando que su Batman interpretado por Christian Bale no sacase a Ra’s al Ghul (Liam Neeson) de un tren en marcha y descontrolado a punto de estrellarse, hasta saltos más decididos aunque de un estilo naif, como el de Tim Burton encarnado por Michael Keaton volando criminales por los aires con dinamita, o el de Zack Snyder bajo cuya capucha se metió Ben Affleck y que el propio director, en una concepción un tanto infantil del personaje, apostó todo a convertir al superhéroe en un asesino, jactándose de que su Batman matase criminales de forma explícita y confundiendo una visión “adulta” del personaje con la inclusión de sangre y que este fuese capaz de matar. Además, Serrano suma a este conocimiento sobre Batman el poder leer algunas curiosidades referentes al proceso de doblaje de un videojuego.
Y el mismo conocimiento demuestra Jose Luis. Ortega López en este repaso de la trayectoria del caballero oscuro dentro del mundo del videojuego para Héroes de Papel. Pese a que el análisis de la personalidad y la filosofía detrás del caballero de la noche por parte del autor en ocasiones tome caminos e interpretaciones distintas —algo habitual dependiendo de la visión de quien esté definiendo al héroe— las conclusiones sobre el personaje a las que llega son las mismas y correctas en sus puntos fundamentales, demostración de su dominio y conocimiento de las líneas definitorias de lo que significa ser Batman, de lo que representa y de su cosmogonía.

“Batman: Un héroe de videojuego” estructura su contenido esencialmente en tres secciones claramente diferenciadas: la primera, en torno a la biografía del personaje, su creación y aspectos relativos a su historia, un psicoanálisis de su figura, etc.; la segunda, un repaso enciclopédico por las apariciones de Batman como protagonista del medio videolúdico; y la tercera, un análisis detallado de la saga Arkham iniciada por Rocksteady y que supuso un punto y aparte no sólo para Batman, sino para todos los videojuegos protagonizados por superhéroes al establecer un nuevo estándar de calidad. Estas tres partes se ven complementadas por el prólogo de Claudio Serrano ya mencionado y un repaso a otros videojuegos en los que ha aparecido el héroe de Gotham, como la saga Injustice o sus apariciones en el universo LEGO, tanto en videojuegos como en cine.
Aquellos lectores que no sean jugadores habituales de videojuegos pero sí aficionados a Batman pueden encontrar especialmente atractiva esa primera parte en la que Jose L. Ortega se permite incluso resarcir brevemente a la figura de Bill Finger como co-creador del caballero oscuro junto a Bob Kane, injusticia cometida hasta hace poco de manera habitual que le otorgaba todo el mérito de la creación del personaje a Kane. Si bien la exploración que se propone del trasfondo de Bruce Wayne no es todo lo detallada que podría —por razones obvias ya que es una simple introducción hacia el contenido principal del libro de Héroes de Papel, enfocado al papel de Batman dentro del mundo del videojuego— sí que permite un buen punto de entrada a su historia e incluso a lecturas interesantes que otros autores han hecho del personaje, como por ejemplo el “Batman visto por un psiquiatra” de J. A. Ramos Brieva, “Batman and Philosophy: The Dark Knight of the Soul” de Marc White, Robert Arp y William Irwin, o “Batman and Psychology: A dark and stormy night” de Travis Langley.

Y aquellos más conocedores del personaje pueden disfrutar de puntos de vista diferentes que sirvan como puntos de partida para debates sobre la obra de Bob Kane y Bill Finger. Ahí está por ejemplo el conflicto entre si realmente Bruce Wayne presenta una personalidad disociada entre el multimillonario excéntrico y el justiciero nocturno como se dice en el libro o sí la personalidad real de Batman es la de héroe y Bruce Wayne es un simple cascarón vacío que murió la misma noche en que lo hicieron sus padres, convirtiendo en realidad a Bruce Wayne en el álter ego de Batman y no al revés (hay que recordar que en Wonder Woman (Rebirth) Annual #1 se reescribe el primer encuentro entre Batman, Superman y Wonder Woman y el primero, al ser preguntado sobre su identidad mientras sostiene el lazo de la verdad —lo que lo obliga a decir la verdad— responde: “Batman”).
Aunque puedan encontrarse quizás pequeños errores fruto de que el material de referencia toma como muestras obras de Batman de más antigüedad. Ejemplo de esto es una Harley Quinn cuyo perfil psicológico la retrata como alguien dependiente del Joker, estigma que se ha eliminado en las cabeceras más actuales de DC pero que indudablemente se correspondía con los inicios del personaje y el estatus que mantuvo durante mucho tiempo en las historias del hombre murciélago. O una referencia a la eliminación de la identidad de Joe Chill como asesino de los Wayne en los cómics posteriores tras los eventos de la Hora Cero. Lo cierto es que la identidad de Joe Chill como creador de Batman se sigue manteniendo hoy en día —así se aprecia en Justice League: Darkseid War. Batman Vol. 1 #1, número en el que Bruce Wayne, sentado en la silla de Mobius, visitaba al asesino de sus padres en la cárcel— y lo más habitual es que esta identidad se mantenga pero sí se alteren los motivos, siendo el asesinato de los Wayne parte de un complot mayor o simplemente una desgracia fruto del azar y de un delincuente borracho buscando dinero para tomar un trago más (Batman: The Dark Knight Vol. 2 #0).

Detalles sin importancia para una primera parte que funciona tanto como generador de información propia, como a modo de breve enciclopedia cuya utilidad es señalar otros puntos de partida desde los que el lector puede bucear a través de otros libros si desea conocer más de esta vertiente del caballero oscuro.
Una función enciclopédica que destaca aún más en su labor de recoger prácticamente todos¹ los títulos protagonizados por el cruzado de la capa hasta la fecha. Una extensísima recopilación que compensa con una descripción detallada de las mecánicas de cada uno, pros y contras, y el contexto en el que nacieron igual que lo que significaron a la hora de construir la historia del personaje de cómic en videoconsolas, la imposibilidad de reunir en un libro imágenes del gameplay de cada título. La propia naturaleza del personaje favorece su adaptación al videojuego antes que cualquier otro héroe —como se señala en el propio libro—, circunstancia que ha contribuido a agrandar con su aparición en el medio aún más la figura de Batman dentro de la cultura popular y de la que Jose L. Ortega hace un concienzudo análisis antes de entrar de lleno en la saga Arkham.
El autor hace especial hincapié en la dificultad que había demostrado hasta la fecha el mundo del videojuego para adaptar superhéroes a este medio y el gran esfuerzo y cariño que puso Rocksteady en la trilogía de videojuegos que adaptó del caballero oscuro con “Batman: Arkham Asylum”, “Batman: Arkham City” y Batman: Arkham Knight”, estableciendo esta saga, por supuesto como el referente a la hora de adaptar personajes de cómic al videojuego, pero también como un espejo en el que mirar dentro del propio medio y cuyas mecánicas, como el sistema Freeflow, copiaron después muchos otros títulos.

Jose Luis. Ortega López hace, en esta última parte de “Batman: Un héroe de videojuego”, un excelente trabajo desbrozando mecánicas, ideas y conceptos desde los que el estudio partió para adaptar de forma satisfactoria al personaje, y recopila en esta enciclopedia/ensayo sobre Batman publicada por Héroes de Papel declaraciones de gran valor por parte de sus responsables acerca de todo el proceso de gestación de una de las mejores sagas de videojuegos que nos ha dejado el medio y la mejor adaptación de Batman al videojuego hasta la fecha.
1 Salvo excepciones menores como por ejemplo “The Adventures of Batman & Robin: Cartoon Maker”. Un título de corte más educativo desarrollado por Knowledge Adventure (que más tarde se convertiría en JumpStart Games, Inc.) en 1995 y basado en la serie animada “The Adventures of Batman & Robin” que permitía al jugador elaborar sus propias historias mediante la elección de escenarios, sonidos, personajes con diversas posturas y animaciones, etc…


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