EDFTuAQXUAY0EZz

Vivimos tiempos locos. Estamos inmersos en un entorno cultural que cada vez tiene más como prioridad la inmediatez y donde buscamos desesperadamente una opinión para no faltar al último debate mainstream que nos rodea. El consumo es cada vez menos reposado y, con ello, cada vez la vida de las obras es menor. De las películas se habla sólo el fin de semana del estreno (luego, las críticas ya no son útiles); de las series y videojuegos, si acaso algo más porque tardamos algo más en consumirlas. Saltamos de novedad en novedad como saltamos de comida en comida, devorando una y esperando la siguiente, pero que no me pregunten qué cené ayer, porque no me acuerdo.

Además, se produce un fenómeno curioso: las obras dan más conversación antes de salir que después de hacerlo. A través del marketing y la generación artificiosa del hype nos vemos buceando en pozos de información y debates donde, aunque no haya nada que opinar, nos vemos empujados a hacerlo para no perdernos por el camino. Comentamos cada trailer, nos generamos unas expectativas concretas, esperamos impacientes la fecha del estreno y, finalmente, consumimos lo que haya que consumir para que, tras unos pocos días donde se quieren verter todas las conclusiones, se apaguen las luces, se callen las voces y comience la espera de lo siguiente. Todo esto alentado por unas distribuidoras que, por supuesto, una vez hecho el dinero ya están más que satisfechas. Hay una complicidad entre distribuidoras, que alientan el hype y solo les interesa una ventana de lanzamiento y los meses previos, que es donde realmente se siembra la simiente del dólar; los medios, que van a rebufo de las anteriores e intentan generar impresiones para subsistir; y nosotros, el público, que consumimos sin apenas reflexión ni reposo.

En este contexto, los festivales han tomado relevancia mediática en el mundo del cine porque son útiles a las tres patas que ya hemos mencionado: a las distribuidoras les permite hacer promoción; a los medios, contenido; y al público, calmar el hambre de este. En estos momentos, estas dinámicas están más vivas que nunca con Joker, la película de Todd Phillips sobre el villano de DC que acaba de estrenarse en el Festival de Venecia. Los periodistas y críticos han ido allí, han visto la película y, claro, han opinado sobre ella. Ya se ha establecido un discurso de forma lapidaria que todo el público ha asumido como propio: Joker es el nuevo Taxi Driver, Joaquin Phoenix nos invita a la rebelión contra el sistema y la película es una cosa adulta, no como el resto de películas de superhéroes. Todo eso ya está asumido a pesar de que el grueso de nosotros no ha visto la película; el discurso ajeno se ha interiorizado como propio porque necesitamos una opinión que nos sirva como bandera definitoria de nosotros mismos. Las expectativas ya están generadas y todo el mundo irá a ver la película y la valorará en función de dichas expectativas. No hará falta que la película sea mala para que nos acabe disgustando; basta conque sea diferente a lo establecido previamente para generar un contraste entre expectativas e impresiones que ninguna película resistiría.

csm_joker_coringa_joaquim_phoenix_foto_reproducao_17a808e869.jpg

No es cuestión de que lo dicho sobre Joker hasta ahora sea desacertado; la cuestión es que hemos asumido ya todo lo que se nos ha dicho porque nosotros, que no la hemos visto, no podemos decir nada todavía y adoptamos lo que han dicho otros. Pero, ¿de verdad tenemos por qué opinar? ¿Qué hay de malo en desconocer, esperar y formarnos una opinión no por las expectativas sino por lo que genuinamente nos parezca la obra? ¿Por qué tenemos que tener una opinión formada de todo lo que sale cada día? ¿Y si el Joker de Todd Phillips no se parece tanto a Taxi Driver sino a El Rey de la Comedia?

Aunque quizá sea yo, que solo tengo pensamientos negativos.


Espada y Pluma te necesita

La imagen tiene un atributo ALT vacío; su nombre de archivo es patreon.jpg

SOBRE EL AUTOR

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s