No sé si es el mejor título para hablar de lo que voy a hablar y tampoco sé si deciros que tenía escrito un texto mucho peor para consolaros y que sigáis leyendo. En esta primera parte de la guía os vengo a hablar de lo que pone el título: fragmentación dialectal y dialectalidad literaria. Aunque suene a título nobiliario, la verdad es que es un tema bastante más ameno y curioso de lo que puede parecer. Si queréis descubrir de qué se trata, preparaos una ensalada de fruta, agua con limón y acomodaros en la silla, sillón, trono, cama o ventana en la que estéis sentados.

El Juego de Tronos lingüístico de la Antigua Grecia

Digamos que esa puede ser otra forma de llamar la fragmentación dialectal griega de la que os vengo a hablar en este apartado de forma totalmente gratuita y sin sentido. La fragmentación dialectal de una lengua es cuando por razones geográficas, socioeconómicas y demográficas una lengua se ve… fragmentada. Cuando en bachillerato o en los primeros años de carrera se hace griego antiguo, por ejemplo, se estudia una variación dialectal del griego que no es aplicable a otras zonas del mundo clásico que también usaban el griego como lengua vehicular. Lo más interesante de este fenómeno, sin embargo, se encuentra en cómo estas variaciones dialectales que empezaron produciéndose por una condición geográfica —cada zona tenía su propia estructura lingüística— y social —cada pueblo mantenía las estructuras lingüísticas de su zona—, llegaron a influir en la creación literaria y cultural del momento de las formas más curiosas posibles.

Aquí os he dibujado un mapa que he pintado con las zonas más interesantes a nivel dialectal para la literatura. En primer lugar, el griego que todos hemos aprendido si hemos hecho griego antiguo: el de Atenas.

· Ático (rojo): El ático era el griego que se hablaba en la capital, Atenas. Lo que nos importa de aquí es que solamente se hablaba en esta zona y ya suponía una fuente literaria lo suficientemente potente como para crear la prosa, el teatro y la retórica. La mayoría de textos que han llegado a nuestros días pertenecen a esta zona dialectal, ya veremos por qué.

· Eólico (beige): Si bien el ático es el que parece más importante por haber sido heredado hasta nuestros días dentro de las clases y tener la mayoría de su producción literaria, el eólico y el que falta son más interesantes porque tienen mayor profundidad. Resulta que el eólico es el dialecto que hoy llamaríamos de los ricos. Pertenece, como dice el nombre, a Eolia y lo que estaba de moda era lo que se conoce como una fratría, que era la unión de nobles que se juntaban por la familia y el dinero. Lo que hoy podría llamarse oligarquía, vamos. Los eólicos, como buenos señoritos, debían tener algo que les elevase la moral y por ello crearon lo que se llama la lírica monódica que era un canto a una sola voz. Hay que pensar que en aquella época, estas cosas no se hacían, como se puede pensar, en mitad del ágora un día cualquiera, sino que los cantos solamente se celebraban en banquetes, es decir, en rituales dedicados a Dionísio. En este caso, la lírica monódica, como corresponde a una sola voz, suele caracterizarse por ser una literatura ideal para expresar sentimientos. ¿Y cuál es la poeta por excelencia en este campo? Exacto, ¡Anacreonte! No, va, lo habías adivinado, era Safo. ¡Ojo! Anacreonte también es un poeta eólico, pero volviendo a Safo, me gustaría comentar el aspecto que llevo destacando en esta primera parte de este texto: la fragmentación dialectal tiene una dimensión socioeconómica —el eólico lo usaban solamente los aristócratas ricos, como en Tebas, de donde es Edipo, o en Mitilene, cerca de la isla de Safo— y por lo tanto, su poesía también la tiene. La poesía de Safo, por muy bonita y sentimental que suene, tiene una dimensión socioeconómica y no una dimensión romántica. La poca obra que se tiene de ella, ya veremos la razón, nos demuestra que la relación que tiene con sus discípulas era formal y no sentimental. Pero si creéis que queda poca obra de Safo, esperaos al siguiente caso.

· Dórico (azul): Todo lo contrario a los eólicos. Si los eólicos son los Lannister, los dóricos son los camaradas que se cargaron a los zares romanov. Esta zona es lo más parecido a un proto-comunismo que te puedes echar a la cara porque aquí todo se hace en comunidad. Nada de poesía que expresase sentimientos personales e íntimos de cerdos aristocráticos privilegiados, aquí o estamos todos o no está nadie. El ejemplo más claro de dórico es Esparta. Aunque la rigurosidad de la película 300 sea nula, sí que hay algo que es cierto: son pueblos en los que se refuerza continuamente la pertenencia a una comunidad. Y esto, como no puede ser de otra manera, da lugar a todo lo opuesto a una lírica monódica y personal: crean la lírica coral. ¿Os habéis dado cuenta que todos los himnos comunistas suenan a coro? Aquí podréis escuchar todos los himnos para daros cuenta y es que la lírica coral se basa, precisamente, en ese principio: el canto. En las obras corales solían haber cantos femeninos y cantos masculinos y cada uno se usaba con una intención diferente, pero sin olvidar que se interpretaban en los rituales a Dionísio. Por lo tanto, la lírica coral no es solamente cantar a coro, sino que era un despliegue performativo de cantos, músicas, coreografías, letras… ¡DE TODO! Uno de los grandes líricos corales fue Píndaro, quien escribió los Cantos de la Victoria, pero como se perdió y nadie sabe donde está —spoiler: se quemaron en Alejandría, luego voy a esto—, os voy a dejar el link de una performance con la que os podéis haceros a la idea de cómo eran las bacanales de Esparta y alrededores, sin duda las mejores. Efectivamente, estoy hablando del concierto del festival escolar de Boku No Hero Academia que podéis ver aquí. No creáis que exagero, lo único ligeramente diferente es que en Esparta no tenían poderes, pero eso viene con el tiempo.

La batalla de las Termópilas: los héroes de Esparta

Lo interesante de esta fragmentación es que existía una dialectalidad literaria. Es decir, en Eurípides, por ejemplo, los diálogos solían estar escritos en ático, pero los coros estaban escritos en dórico. La característica social de los hablantes dóricos se convertía en una herramienta literaria que se proyectaba con una intención. Entonces, cuando en Electra entra la párodos (1) con el Coro de mujeres argivas y Electra —recordemos que cada canto, masculino y femenino, tenía una intención ritual diferente—, estas tienen una dialectalidad dórica porque corresponde a una estructura coral, pero en otras ocasiones como la discusión con Orestes en el primer episodio —lo que se llama una esticomitía, es decir, un diálogo donde cada personaje dice una línea después del otro— está pensado para una dialectalidad ática porque corresponde a una estructura retórica. Lo mismo pasa con Medea, con Hécuba, con Helena… Pero con todo esto, ¿Por qué el ático ha prevalecido ante el dórico o el eólico? Bueno, pues por culpa de Juego de Tronos.

Os voy a adelantar un poco la segunda parte de este texto: ¿Os suena por casualidad el típico conflicto que empieza con la muerte de alguien importante y a partir de ese momento todo el sistema que estaba decorado y bonito se empieza a desmoronar y a caer en pedazos y empieza el salseo y la decadencia? Bueno, pues os presento el motivo literario de la guerra de los diádocos.

Rebobinemos hasta el principio: pasan cosas y viene Alejandro Magno, quien decide montar una biblioteca y un museo en Alejandría. Lo importante en relación a la fragmentación dialectal es que la creación de las bibliotecas hace que se prolifere la escritura y la documentación y hace que los alejandrinos dejen de escribir como hablan. Esto hace que pongan el ático como único dialécto válido y crean lo que se llama el aticismo, es decir, la dominación del ático sobre el eólico y el dórico. Esto tiene una complicación añadida: ¿Qué hizo Alejandro Magno? Conquistar todo, pero dejando que cada territorio conquistado preservase su lengua siempre y cuando aprendieran griego. Esto hizo que en todo el mapa conquistado que aparece en el libro de Ciencias Sociales de secundaria que estoy consultando para acordarme de las hazañas históricas de Alejandro Magno se tejiese una red lingüística increíblemente rica y que giraba en torno a una única lengua: el griego. Así pues, mientras los alejandrinos, bibliotecarios y demás ciudadanos de la capital se alejaban de la lengua hablada y empezaban a elitizar su dialectalidad, en el resto del territorio conquistado por Alejandro se empezaba a hablar la Koiné. Tip random: Koiné en realidad se pronuncia correctamente como kiní. La Koiné estaba basada en el ático, pues era la derivación dialectal de Alejandro, pero estaba mezclado con las lenguas de las tierras conquistadas y eso hacía que la lengua fuera únicamente hablada, pues las variaciones lingüísticas eran dispares y Alejandro no quiso establecer una normativa estandarizada —olé por él—. El documento por excelencia sobre la koiné son Los Evangelios. Los evangelios se concibieron en la koiné palestina y por esta razón no eran literatura: el aticismo de la Biblioteca hizo que todo aquello que no siguiera una modelo ático no se considerara literatura. Y esto fue preocupante. MUY preocupante. Porque esto signficó que estos intelectuales de la Biblioteca y el Museo dieron la espalda al mundo real de la Koiné y, según dijo el premio nobel griego Yorgos Seferis (2), esto supuso la verdadera caída de Grecia.

Cuando en Poniente todo iba relativamente bien, alguien decidió empezar un conflito que acabó con la decapitación de la figura más importante del inicio de la serie: Ned Stark. Y a partir de aquí, arranca todo. Este motivo literario que resuena muchas veces en las literaturas occidentales tiene su origen en la guerra de los Diádocos, que se produjeron tras la muerte del Ned Stark griego: Alejandro Magno. Alejandro se había trabajado todo su imperio, pero su muerte no supuso más que la destrucción definitiva de todo el orden que había construido en sus dominios. Esto incluyó la quema de la Biblioteca de Alejandría —y con ella casi todos los textos dóricos y eólicos que existían—, la destrucción del Museo que servía a modo de dachas rusas (3) para los poetas y científicos y, sobre todo y más importante para la fragmentación dialectal de la que estamos hablando, el caos de la koiné. Con la muerte de Alejandro, lo primero que se les ocurrió hacer a los sucesores fue pelearse y claro, fue Alejandro quien permitió la recombinación lingüística y sociocultural de medio mundo, no sus sucesores. Por esta razón, la muerte de Alejandro supuso un problema a nivel lingüístico increíble: la vorágine de pueblos que se vieron aunados por una lengua común quedaron desamparados.

Luego, en el 330 Constantino I el Grande se dio cuenta de que iba camino de lo que le sucedió a Alejandro pero con el Imperio Romano y entonces se fijó en algo que estaba creciendo mucho en popularidad en aquel momento: el cristianismo. Comprendió, entonces, la importancia de una religión monoteísta para conseguir que el pueblo creyera que había un único emperador. Con el cristianismo por delante y siendo consciente de que reinar el Mundo desde Italita iba a ser dificil, fundó la ciudad de Constantinopla (actual Estambul), para instalar así la nueva capital de su Imperio, la llamada Nueva Roma. Con la creación de esta segunda capital, el Imperio se divide en dos partes: Occidente y Oriente. En esta parte oriental se encontraban, entre otros pueblos bárbaros, los nuevos griegos y los rusos. A partir de este momento, y dejando atrás toda su riqueza clásica, los griegos se empezaron a llamarse a sí mismos romanos y con ello comenzó lo que se llama la literatura neogriega o bizantina.


Referencias

(1) Párodos es la parte de la tragedia griega donde entra el coro, justo después del prólogo.
(2) En el discurso del Premio Nobel el 11 de diciembre de 1963 que está recogido en «Algunos puntos de la tradición griega moderna» que está traducido al español por Alexandra Karousou.
(3) Las dachas eran casas preciosas situadas generalmente en el Cáucaso que financiaba el Estado con tal de que los escritores se sintieran a gusto e inspirados para escribir. Las más conocidas son las de Tólstoi y Chéjov antes de la URSS y la de Gorki una vez asentado el gobierno soviético.

(4) La portada del artículo es el cuadro de «Las rosas del Heliogábalo», de Sir Lawrence Alma Tadema, 1888


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