La Balada de Tom el Negro
Título original:
The ballad of Black Tom
Autor:
Victor LaValle
Editorial:
Alianza Editorial
Número de páginas:
140
Año de publicación:
2018

Sinopsis:
Charles Thomas Tester conoce la magia de un traje y la invisibilidad que puede dar la funda de una guitarra; sabe que la maldición escrita en su piel atrae la mirada de los blancos acomodados y sus policías. Se dedica a trapichear para comer, pero cuando entrega un libro a una enigmática hechicera en Queens, Tom abre la puerta a un ámbito mágico más profundo y despierta la atención de cosas que deberían haber seguido dormidas.
Reseña:
En el paraíso de la ciencia-ficción y la fantasía, compartiendo mesa con Isaac Asimov y la gran Ursula K. Le Guin, se encuentra Howard Phillips Lovecraft, padre del Cosmicismo u horror cósmico. Cuando con 18 años cayó en mis manos “Los mitos de Cthulhu y otros relatos”, las ganas que tenía de devorarlo y conocer más sobre ese género eran sobrehumanas. Leí todas y cada una de las historias con pasión: viajé a Arkham, caminé por las húmedas calles de Innsmouth, y me sumergí en los sueños de un profesor de la Universidad de Miskatonic. Fue el comienzo de una devoción por su monstruo más emblemático, el Cthulhu. Años más tarde, leyendo los últimos lanzamientos de literatura hubo una portada que me llamó la atención. El autor me era desconocido, pero ese hombre trajeado en la portada, cuya sombra se proyectaba como tentáculos, prometía una aventura puramente lovecraftiana.
En la primera página, ahí donde los escritores plasman una corta frase dedicatoria, encontramos: “Para H.P. Lovecraft, con todos mis sentimientos encontrados”. Al principio creí que LaValle había querido resucitar a Lovecraft, su locura onírica, su terror cósmico, al gran Cthulhu,… Su estilo de escritura, la descripción de los personajes y el espacio, la trama y sobre todo ese trasfondo oscuro y atractivo es un reflejo del gran Lovecraft, de la misma manera que el rostro de un hijo recuerda al de su padre. Pero había algo que no encajaba, un sonido de fondo al pasar cada página que te recordaba que LaValle no es Lovecraft…
Meses más tarde, leyendo una entrevista que le hicieron en la revista Windumanoth (por cierto, muy recomendable para todo amante de la ciencia-ficción y fantasía) entendí a qué se refería con “sentimientos encontrados”, entendí por qué resucita a Robert Suydam y al inspector Malone, entendí qué podía decirle un autor del siglo XXI a su referente del siglo pasado. Victor LaValle manda un mensaje, oculto pero precioso, a Lovecraft y a todos sus lectores: “Te admiro, tus obras significaron mucho para mí cuando las leí y me adentré en ese mundo de terror cósmico, pero los tiempos han cambiado. La literatura ha evolucionado.”
Con este trasfondo se escribe la historia de Charles Thomas Tester, un músico invisible al que le espera un destino sombrío…
¡Ph´nglui mglw´nafh Cthulhu R´lyeh wgah´nagl fhtagn!
Espada y Pluma te necesita


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