[Plano a Plano es la sección en la que analizamos planos concretos de obras audiovisuales. Cada plano, bien construido, es capaz de narrar explícita e implícitamente una historia, además de albergar una gran cantidad de inventiva artística.]
En El Silencio de los Corderos (Jonathan Demme, 1991) podríamos encontrar decenas de planos con significado propio. Es una película que entiende perfectamente la composición de la escena, el encuadre y el montaje como vehículos para trasladarnos a una historia de psicópatas y peligros desde la narrativa puramente audiovisual. No obstante, el plano del que quería hablar es uno que aparece al principio de la película y que, a pesar de su fuerza visual y carga de significado, fácilmente podría pasar desapercibido porque apenas dura unos segundos. Llamémosle «el plano del ascensor».

LO QUE SE VE: Tras unos pasos apresurados de la joven detective (una de las interpretaciones más importantes de la carrera de Jodie Foster) a través de un pasillo, acaba en un ascensor atestado de gente. Un suave paneo lateral de la cámara para acabar encuadrando el ascensor hacen que la escena sea formalmente muy sobria. Ella mira despreocupada hacia arriba mientras que algunos de sus compañeros, todos hombres, la miran a ella en el ascensor. El contraste entre Jodie Foster y el resto se marca con mucha solvencia a nivel visual: ella es la única que viste de gris, mientras que el resto lleva polos rojos (un color que invita a pensar en peligro), y ella es además bastante más menuda y bajita que el resto. Un plano de contraste entre personajes que apenas dura diez segundos, pero que da pie a numerosas interpretaciones.
LO QUE SIGNIFICA: La escena del ascensor, al fin y al cabo, resume a la perfección las circunstancias de la joven detective: un mundo (el mundo policial y detectivesco) atestado de hombres que la miran por encima del hombro, hostil (enfatizado con los atuendos rojos que estos visten), que no está dispuesto a regalarle absolutamente nada. Ante esto, la detective asume un papel despreocupado, mirando hacia arriba, donde se encuentran sus superiores o, en términos más poéticos, sus metas, sus logros todavía no alcanzados; pero también sabemos que la detective tiene una actitud absolutamente férrea y un temperamento firme, ya que la escena tiene lugar después de haber visto a la detective entrenando duramente para, deducimos, ascender en la Policía. Justo después de la escena del ascensor, la detective tendrá una conversación con su superior que dará pie a la búsqueda de un psicópata y varios encuentros con Hannibal Lecter, suponiendo el primer gran paso de su carrera.
En una película llena de hostilidad, peligro y psicopatías, la escena del ascensor puede pasar desapercibida en un primer visionado pero resume a la perfección el papel de la detective en su mundo (extrapolable al papel de la mujer en el mundo) así como la inevitable actitud que debe tomar en uno de naturaleza tan hostil.
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