2020 ha sido raro. De contrastes. Largo y corto a la vez. Un bichito muy, muy pequeño parece que nos ha robado medio año que se ha escapado volando y a su vez el tiempo parecía no avanzar, como si los días pesaran como plomo, y así nos hemos plantado en Diciembre. Con unos contrastes que parecen extenderse también por esta nuestra revista.

El dinero sigue sin acompañar tanto como querríamos —poder pagar al menos una colaboración al mes o incluso buscar un ilustrador para los monográficos— y ese es el principal problema: siempre el dinero, el puto dinero, que nos mantiene atrapados entre lo que querríamos hacer y lo que podemos hacer siendo fieles a ese principio de que el trabajo se paga. Es curioso cómo muchas veces esto parece pesar tantísimo llegando incluso a nublar lo que objetivamente deberíamos ver como grandes logros; quizás es sólo un sentimiento individual, no lo sé, y quizás pesa tanto por no poder contar con textos de gente que personalmente me gusta mucho cómo escribe y que no nos podemos plantear pedirle nada —o a veces directamente tenemos que rechazar nosotros sus propuestas— porque no podemos pagar.

Sin embargo, en el otro lado de esa balanza que oscila entre contrastes parece haber mucho más que debería volcarla a su favor: hacia el lado positivo. A veces parecemos al margen de una prensa específica como podría ser el videojuego, el cine, etc. —tal vez por la naturaleza de la propia revista que abarca muchos aspectos de la cultura y que podría dar una sensación de estar de paso por muchos sitios sin pertenecer a ninguno— pero quiero pensar que estamos presentes para mucha gente. No habrá dinero para hacer todo lo que quisiéramos hacer, pero la web crece mes a mes, día a día, al igual que lo hacen el número de seguidores en redes y lo más importante de esto: vuestro apoyo desde dichas redes. Los números no son nada, pero recibir el cariño de la gente, el feedback, crear entornos de discusión sanos, otros puntos de vista, ser recomendados… sí que importa. No somos un sitio con 50.000 visitas al mes pero nos ha llegado gente preguntándonos por artículos nuestros que quizás pudieran ayudarles en sus Trabajos de Fin de Máster y eso nos pone el corazón calentito.

Hemos visto cómo abrían nuevos patrons a lo largo de este año y algunos otros se reformulaban con la idea en mente de que el trabajo se paga y que la gente que escribe merece cobrar por lo que hace. El camino es duro, pero se recorre más fácil cuantos más seamos, y ese ha sido otro de los puntos en los que más esfuerzo hemos intentado poner este año como dijimos en nuestro manifiesto: estamos todos juntos en esto y es importante crear lazos y establecer redes de apoyo con los que ayudar a que la cultura crezca y que aquellos que la hacen cobren por ello.

Si alguien hiciese lo típico por estas fechas de preguntar por una película, una serie, un videojuego y un libro de 2020, me lo podría hacer venir bien para decir un libro: el nuestro. Saltar al papel es algo de lo que nos sentimos —y me permito hablar en plural por todos— especialmente orgullosos. Es muy bonito ver lo que hemos escrito en un objeto tangible y quizás sirva como un ejemplo más que abra camino igual que el año pasado vimos cómo en otros sitios adoptaban la idea de publicar revistas digitales con las que recaudar dinero. Y además nos hemos sentido muy arropados con la gente que nos mandaba fotos cuando les llegaba el monográfico, nos comentaba qué les había parecido, etc. El esfuerzo valió la pena y esperamos que lo siga valiendo en los próximos que publiquemos.

No sabría completar esa lista de obras culturales favoritas de 2020. Mi consumo de cultura y/o entretenimiento es disperso, desfasado en el tiempo, y esa dispersión parece acentuada por las circunstancias que ha traído este año. Parece lejísimos cuando jugué a Return of the Obra Dinn (Lucas Pope – 2018) o Prey (Arkane Studios – 2917) y no hace ni un año, y ni siquiera son títulos publicados en 2020, y lo mismo me ocurre con The Tick (Ben Edlund – 2917). Así que si tuviese que nombrar algo relacionado con la cultura durante 2020 sería el descubrir a Clara Doña, Ricardo Guerrero, Noah Benalal y Sofía M. Olmos, ellas, él y sus textos serían lo que recomendaría consumir de estos doce meses tan raros que hemos pasado.

Y por supuesto me quedaría con todo el equipo de Espada y Pluma, que intentamos hacerlo lo mejor que podemos, aunque nos podamos equivocar a veces.

Felices Fiestas y Feliz 2021 a todos.

P.D: The Witness (Thekla, Inc. – 2016) es el GOTY 2020, lo fue en 2019 y lo será en 2021.

Fuente: https://tenor.com/es/ver/pixel-art-waiting-bus-stop-rain-flowers-gif-18136960

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